Talento 21 se constituye como organización sin ánimo de lucro el 4 de mayo del 2016, con una oferta educativa para instituciones del sector público y privado que requieren de una propuesta en pedagogías alternativas, modelos flexibles, estrategias y didácticas, para fortalecer los procesos de enseñanza y aprendizaje, en procura de restituir el derecho fundamental a recibir una educación de calidad.
En el camino de una oferta de calidad educativa e integración social surge una propuesta pedagógica, que articula estrategias pedagógicas, ambientales, científicas, artísticas y multiculturales, en una pequeña granja, ubicada en el municipio de Tenjo llamada ‘Tamacha’ que desde su significado en idioma Muisca, “unir con propósito”, busca sensibilizar y mejorar los niveles de desempeño en habilidades comunicativas, pensamiento crítico, pensamiento lógico matemático y habilidades para la vida de niños, niñas y adolescentes que se encuentran ubicados en los sectores más vulnerables del municipio de Tenjo, la provincia de Sabana de Occidente en Cundinamarca y barrios periféricos de Bogotá.
A través de talleres y laboratorios experienciales: taller de papel ecológico para elaborar agendas, entre otras artesanías derivadas de éste, huerta orgánica, tecnología y robótica, yoga, capoeira, radio, y otras estrategias implementadas de acuerdo con las necesidades e intereses de nuestros beneficiarios.
La Fundación Talento 21 ha venido realizando procesos formativos con docentes, agentes educativas y líderes comunitarias en el marco de una educación de calidad con inclusión social, en pro de un desarrollo con equidad y sostenible.
Como organización ha venido liderando diferentes procesos formativos artísticos, ambientales, no formales con niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad social en el municipio de Tenjo por más de 6 años. Estos procesos han permitido que las más de 150 niñas, niños y adolescentes beneficiarios y sus familias, sean parte de la construcción y fortalecimiento de escenarios alternativos para el aprovechamiento del tiempo libre, en donde se desarrollan habilidades ambientales, artísticas, emocionales, entre otras, que fortalezcan su proceso formativo, aportando a la construcción consciente de sus proyectos de vida.
En Talento 21, desde su proyecto Tamacha que promueve entornos sostenibles, contamos con una propuesta orientada a fortalecer y apropiar el concepto de hacerse responsable de forma autónoma de los residuos generados por actividades humanas, los baños secos o baños ecológicos.
Tamacha que significa, en idioma Muisca “unir con propósito” surge como una propuesta pedagógica piloto que articula estrategias pedagógicas, ambientales, científicas, artísticas y multiculturales, en una pequeña granja ubicada en el municipio de Tenjo, en la vereda Churuguaco Bajo.
En Clanes los procesos creativos se convierten en puentes para regenerar el vínculo entre el arte, la naturaleza y la comunidad.
En Tamacha y en la Escuela Poveda 2, niñas, niños y adolescentes exploran su identidad a través de la creación de máscaras de animales de la región, inspiradas en la fauna local y elaboradas con técnicas de papercraft, promoviendo el cuidado del entorno y la imaginación artística.
Paralelamente, otro grupo de niños y niñas de Tamacha vive un viaje musical lleno de raíces: un proceso de música colombiana que rescata los sonidos tradicionales del bambuco, la cumbia, el currulao y el mapalé. Cada nota, cada tambor, se convierte en símbolo de identidad y patrimonio vivo.
El Eterno Retorno es un proyecto de creación textil y conciencia ambiental que promueve la moda sostenible como una forma de cuidar el planeta y reconectar con los saberes del territorio.
En alianza con docentes de diferentes escuelas rurales de Tenjo, este proceso invita a repensar la forma en que vestimos: transformar, reparar y crear nuevas prendas a partir de telas y materiales que antes se consideraban inservibles. Cada puntada es una declaración de amor por la Tierra y una oportunidad para resignificar la relación entre cultura, estética y sostenibilidad.
Niñas y niños de Tamacha también hacen parte de esta experiencia, descubriendo que la creatividad puede cambiar el mundo cuando se une con el compromiso ambiental.
El Eterno Retorno es más que un taller: es una pasarela rural de imaginación, comunidad y transformación.
Máster Internacional en Liderazgo Educativo. Con amplia experiencia en coordinar y asesorar proyectos para población en condición de desarraigo a partir de propuestas de educación alternativa y promover alianzas entre el sector educativo, empresarial y otros actores locales, fortalecimiento del trabajo de la dirección escolar.
Robótica, inglés, portugués, cine y audiovisuales, natación, capoeira, lacrosse, música colombiana, arte y dibujo, ciencias de la tierra, moda sostenible, danza, matemáticas, lectura, escritura y comunicación.
Elaboramos agendas, separadores de libros, tarjetas y diplomas; de esta manera hemos comercializado agendas y separadores de libros para empresas, dando a conocer el trasfondo social que tiene la compra de productos realizados con papel reciclado.
El reciclaje es un proceso complejo que involucra la recuperación y transformación de residuos para crear nuevos objetos o materiales. Puede abarcar desde la reutilización hasta otras prácticas que reduzcan la demanda de recursos naturales y minimicen la contaminación ambiental.
Semanalmente se abre un espacio llamado Asamblea, donde niñas y niños tienen la oportunidad de ser escuchados, expresar sus ideas y dialogar sobre temas que afectan el bienestar de todos. Este encuentro se convierte en un ejercicio de participación activa, empatía y construcción colectiva, donde cada voz cuenta y cada palabra tiene valor.
El conflicto, entendido como parte inherente de las relaciones humanas, surge de intereses y perspectivas diversas. Aunque a veces se perciba como algo negativo, también puede ser una oportunidad para transformar la convivencia y fortalecer el desarrollo humano. Desde la Fundación, se promueve una mirada pedagógica del conflicto: no como algo que debe evitarse, sino como una posibilidad para aprender a comunicarse, tomar decisiones y construir acuerdos desde el respeto y la escucha mutua.
La escuela a menudo descuida la promoción del bienestar emocional y psicológico, así como la realización personal. Enfocada en la valoración de contenidos y memorización, excluye prácticas que atiendan las diferencias individuales, talentos y ritmos de aprendizaje, ya que sus sistemas de evaluación se centran en criterios estandarizados para medir conocimientos y destrezas.
La huerta orgánica de Tamacha nace como una estrategia pedagógica que fortalece la relación entre la comunidad y la naturaleza. En este espacio sembramos nuestros propios alimentos y también los consumimos, enseñando que respetar la vida en todas sus formas es parte fundamental del aprendizaje y del cuidado del entorno.
El proceso involucra a niñas, niños, adolescentes y familias de la Fundación, quienes encuentran en la tierra una maestra silenciosa que enseña paciencia, reciprocidad y gratitud. La huerta se sostiene gracias al trabajo colectivo y constante, donde cada semilla representa una oportunidad para hablar de nutrición, sostenibilidad y autocuidado.
Además, se reconocen los saberes tradicionales sobre el uso de las plantas en la medicina natural, rescatando prácticas ancestrales que promueven el bienestar y el respeto por los ciclos de la vida.















