Los momentos de yoga en el aula son lúdicos y divertidos, son pequeños rituales que se pueden usar para enriquecer las jornadas, son momentos que abren el cuerpo, la mente y el corazón, son momentos que invitan a hacer una pausa y buscar momentos de calma, tranquilidad y calidez, permiten construir un clima afectuoso y ausente de violencia.
Nos invita como adultos a conectarnos con la vitalidad de los niños, su inocencia. Tenemos mucha responsabilidad de nutrirnos con herramientas que nos conecten con nuestra mente, nuestro sentir, estar dispuestos a conectarnos con los niños desde el corazón, a suavizar nuestra vida y relajarnos un poco.
Son muchos los desafíos en las aulas, muchos requisitos a nivel académico, largas jornadas, los niños desmotivados. El Yoga en el aula, propone momentos, o breaks que nos invitan a conectarnos, respirar y mover nuestro cuerpo para estar más enfocados, más dispuestos a los aprendizajes más dispuestos a la vida, a observarnos e ir caminando desde la conexión mente, cuerpo y espíritu.
Trabajamos con el pensamiento positivo también proponemos salir del sedentarismo, ¡pasamos largas jornadas en la silla! Trabajamos la autoconfianza y autoconocimiento. Nos damos cuenta de nuestras limitaciones, nuestra flexibilidad, se busca que los niños vayan interactuando con las posturas y vayan encontrando su lugar, que conozcan sus limitaciones y los desafíos al realizarlas.